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30-Dic-08, Reporte de Bhakti Charu Maharaja

De Bhakti Caru Swami, 31 de diciembre del 2008.

Ayer, a última hora de la mañana, vine a Bombay, y fui a ver a Jayapataka
Maharaja por la tarde. Bhakti Purushottama Maharaja, Braja Hari prabhu y
Sunil Madhava de Chicago, vinieron conmigo. Mientras nos conducíamos al
hospital, me sentía un poco deprimido. Tan sólo pensar en la persona que
solía estar tan llena de fuerza y vitalidad, tendida ahora en una cama en
esta condición, es naturalmente doloroso.

Recordaba aquellos comienzos en Mayapur – yendo a nadar en el Ganges con él.
Con movimientos fuertes y constantes, él ocasionalmente nadaba cruzando el
río. Muchos incidentes destellaban a través de mi mente – una vez, Radha
Jivan se quedó sin aire en el medio del río, entró en pánico y comenzó a
gritar por ayuda, y Jayapataka Maharaja fue a rescatarlo y lo llevó a la
orilla. Guru Kripa (Swami, en aquel tiempo), acostumbraba venir a Mayapur
con su fuerte grupo de devotos, llamado el ‘Nama Hatta’, de Japón. A menudo,
nos divertíamos en la orilla del Ganges. Un día, me forzaron a luchar con un
fuerte devoto americano el cual me derrotó, y esto fue visto como una
derrota para Mayapur. Jayapataka Maharaja no pudo tolerar eso. Él enseguida
se levantó y desafió a cualquiera de ese grupo a luchar con él. Un devoto de
igual tamaño aceptó su desafío, y comenzaron a luchar. Después de una
pequeña lucha, Maharaja lo sujetó contra el suelo y comenzó a revolcarlo una
y otra vez en el lodo.

Todos nosotros, devotos de Mayapur, sentimos que esa era nuestra victoria en
respuesta a mi embarazosa derrota. Una vez, tuvimos la falsa alarma de que
los musulmanes habían atacado nuestro Goshala, y todos corrimos hacia el
Goshala con palos y  lanzas para proteger a nuestras vacas; y encabezando
nuestro grupo estaba Jayapataka Maharaja. Una vez, alguien trajo una
ballesta de América, y la utilizábamos para practicar de vez en cuando.
Jayapataka Maharaja acertaría siempre en el blanco, sin fallar. Él reveló
que solía ser campeón de tiro a principios de su juventud.

Cuando llegamos al hospital, fuimos informados de que Maharaja todavía
estaba descansando. Entonces, decidimos ir al templo de ISKCON en Mira Road
y tomar darshan de Sri Sri Radha Giridhari y de Jagannatha, Baladeva y
Subhadra. Cuando volvimos, Maharaja estaba despierto y nos saludó con una
feliz sonrisa.

Había una gran diferencia entre mi visita pasada y ésta. A pesar de que
perdió mucho peso, parece estar yéndole extremadamente bien. Él estaba
obviamente complacido de vernos. Con una gran sonrisa empezó a hablar:
-“Bhakti Charu Maharaja me ordenó que me quedara. ¿Cómo podría desobedecer
su orden? Por lo tanto, sigo estando aquí.” Todos comenzamos a reír. Lo
corregí: -“No, no le ordené que se quedara, sino que le rogué que se
quedara. Los devotos alrededor de todo el mundo estuvieron orando por usted.
Muchas gracias por escuchar nuestras súplicas.” Él juntó sus manos y dijo,
“Los devotos son muy buenos. Son muy compasivos. Haré cualquier cosa que
Krishna quiera.”

Le dije que escuché que el día anterior él había ido al Templo de Sri Sri
Radha Giridhari, y dirigió un kirtan. Él dijo, “Sí. Por cerca de cinco
minutos dirigí el kirtan.” Luego, empezó a cantar, “Jaya Jagannatha, jaya
Jagannatha.” Para demostrarnos cómo lideró el kirtan. Le dije que en pocos
días, él estaría también bailando mientras liderara el kirtan. Rió en voz
alta y dijo, “Vamos a ver qué quiere Krishna.”

Tan sólo por estar con él, la tristeza que prevalecía en mi corazón
desapareció, y todo mi humor se volvió muy jovial. Le dije, “Vamos a una
caminata”, y él me contó que  comenzó a caminar aferrándose a las barras
paralelas. Uno de los devotos que estaban cuidando de él, me comentó que
Maharaja estaba casi corriendo esta mañana. Él mencionó que estos
fisioterapeutas están realmente haciéndolo trabajar duro. Le piden que se
levante, y que se siente o camine; pero por otra parte, él admitió que su
tratamiento era muy bueno y está funcionando. Un terapeuta está enseñándole
cómo cerrar sus ojos y mover sus cejas. Entonces, mencionó que incluso cosas
simples como esas, se le vuelven difíciles de hacer a momentos, como si
estuviera aprendiendo todo desde el principio. Yo le aseguré que de la
manera en que su condición está mejorando, muy pronto él estará bien otra
vez.

Él está teniendo dificultades para mover la mano y pierna derecha. Los
devotos le ayudaron a sentarse en una silla y se veía mucho más expresivo y
alegre en esa posición. Él recordó que cuando estaba en el Hospital Hinduja,
yo canté un bhajan y me agradeció por eso. Yo estaba sorprendido de que él
pudiera recordarlo, porque teníamos la impresión de que él estaba totalmente
inconsciente en aquel momento. Le dije que su conciencia parece estar muy
clara y su memoria muy viva. Él estuvo de acuerdo en que con su mente no
tiene ninguna dificultad. Él tiene dificultad solamente con su cuerpo. Sentí
mucha confianza en que su cuerpo también se pondrá bien dentro de un breve
período de tiempo. Recordé el comentario de Badrinarayan Prabhu; -“Parece
ser que Jayapataka Maharaja es una invencible fuerza de la naturaleza que
nunca puede ser parada.” Recordé a esos guerreros Kshatriyas de los tiempos
védicos que podían ser heridos casi al punto de la muerte, pero
inmediatamente ellos se recuperarían de esa lesión, y comenzarían a luchar
otra vez, como si nada les hubiese sucedido.

Él mencionó que Sivarama Maharaja lo llamó ayer por teléfono, y expresó
cuánto disfrutó el hablar con él. Él se siente muy feliz cuando los devotos
mayores lo telefonean o lo visitan.

Gopala Krishna Maharaja lo llamó, y Jayapataka Maharaja le dijo que
estábamos allí con él, y que estaba pasando un rato maravilloso con
nosotros. Poco después de eso, Guru Prasad Maharaja llamó desde México, y
Maharaja le dijo lo mismo.

Le dije que debe ponerse rápidamente bien, e ir a Mayapur. Todos estos años,
él ha estado viajando alrededor del mundo. Ahora, él debe simplemente
permanecer en Mayapur y dejar que los devotos del mundo vengan a verlo. Así
es cómo, gracias a la participación de tantos devotos, que Mayapur va a
desarrollarse. Él aceptó esta oferta. Uno de sus discípulos que está
cuidando de él, mencionó jocosamente que él tiene un boleto de Bombay a
Calcuta, que expirará si no lo utiliza dentro de cierto tiempo. Comenzamos
todos a reír, y también Maharaja comenzó a reír. Expresamos nuestra
preocupación sobre la dificultad que él tendría al ir a su cuarto en la
azotea del edificio ‘Loto’. Bhakti Purushottama  Maharaja  sugirió que él
podría permanecer en la planta baja del edificio ‘Caracola’. Le recordé que
si él se quedase en el edificio ‘Caracola’, no tendría que quedarse en la
planta baja. Él podría quizás permanecer en mi cuarto, pues allí él podría
llegar en elevador. Maharaja jocosamente nos recordó que aún así él tendrá
que subir la mitad del tramo de la escalera, porque los elevadores no llegan
directamente al piso correspondiente. Le aseguramos que podríamos llevarlo
en un palanquín. Él aceptó esa idea.

Muchos devotos estaban esperando afuera para tomar darshan de Maharaja. Por
tanto, después de estar con él cerca de dos horas, nos retiramos.

Bhakti Raghava Maharaja, quien se sospechaba tenía una enfermedad contagiosa
llamada ‘Chicken Guinea’, estaba también en el Hospital Bhaktivedanta, en un
cuarto frente al de Maharaja. Así que fuimos a verlo.

Maharaja estaba sentado en una silla delante de sus Deidades, cantando.
Cuando  intenté abrazarlo, Maharaja trató de resistirse, debido a su
infección. Pero insistí, diciendo: -“Lo toco para purificarme.” Maharaja se
veía muy incómodo, y no paraba de decir: -“Por favor, por favor.”

Me encontré con él después de muchos, muchos años. Recordamos los comienzos
en Mayapur. Solíamos ser tan cercanos y realizamos tanto servicio, juntos.

Su condición ahora está mucho mejor. En un par de días, será dado de alta
del hospital. Él tiene muchos proyectos de prédica, desarrollándose en
diferentes partes de India; y nos explicó cómo iba a ocupar su tiempo en
diversos lugares, y que eventualmente vendría a Mayapur para la reunión del
GBC.

(Traducido por: Sangini dd, Argentina)
(Editado por: Madhuri Yamuna dd, Mayapur)